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¿Qué pasaría si en vez de solamente construir nuestra vida, tuviéramos la locura o la lucidez de bailarla?
(Roger Garaudy)
El mundo danza. Nada se para, ni siquiera lo aparentemente muerto. Hasta lo que deja de vivir se transforma en otra cosa, participando de una danza constante y sincrónica. La materia se transforma, se descompone, alimenta a otras materias que danzan. Nada se para. El movimiento es la constante en el universo en el que danzamos. Los planetas y las células de nuestro hígado. Los peatones que caminan por la calle y la savia que recorre el interior de los troncos de los árboles. Las neuronas de los cerebros de los peatones. Las células de las hojas de los árboles que hacen la fotosíntesis.
Me pregunto cuál es el sonido que acompaña a esa danza universal en perpetuo movimiento. Si pudiéramos oírlo… qué música fascinante.
La música es melodía y ritmo. Para danzar en armonía basta con escuchar el «tempo», aunque no haya sonido. También podemos entrar en sincronía con los ritmos de las cosas, de los demás. Como dos corazones que se igualan en su latir con el abrazo de sus cuerpos. A veces, podemos parar y escuchar el ritmo de la vida, incluso del silencio para danzar en la quietud, disfrutando del placer de un nuevo modo de fluir en armonía con el mundo
Quizas solo haya que abrazar la vida para sincronizarnos con su latido..